Tal vez ustedes no lo sepan, pero al leer este blog se hacen acreedores a una maldición.
¡Ñaca ñaca!
A que no se lo esperaban. :D
La maldición en cuestión es : que nunca me conocerán en persona.
Bueno... igual no es una maldición tan mala ¿no? :P
Habrán notado que pongo pocos datos precisos sobre en que escuela estudié, dónde vivo, dónde trabajé o dónde voy a estudiar. Solo en terminos muy generales o si doy alguna precisión más, lo hago sabiendo que muchos miles de personas también pasan por tal lugar. Y que bueno, finalmente uno no puede andar dando tanta información en internet, entonces es una medida por pura precaución.
Pero soy un poco más anónimo que eso. Algunos con quienes he platicado un poco más por mail o por messenger, habrán notado esto en mayor grado, porque tampoco doy más datos. Incluso, a algunos, les hice saber de alguna forma de esta maldición, basado en una regla autoimpuesta de que no quería conocer a nadie que leyera mi blog, y que también significa que a nadie que ya me conozca le haré saber sobre este blog.
Esta payasada ya no fue tanto por seguridad, la puse, primero, porque me parecía que limitaría un poco mi libertad de expresión. Como que siente que me inhibiría hablar aquí sobre alguien si, por ejemplo, lo ví ayer y me cayó mal, pero que vengo y lo escribo aquí y luego esa persona viene y lo lee; no me sentiría tan libre de escribir todo lo que me circula por el cerebro, habría alguna autocensura.
Y segundo porque creo que no estoy acostumbrado a que alguien sepa tanto sobre mí. Y los que lean este blog pues sabrán mucho, pero al final (como algún lector me dijera) esto es el matrix; son ceros y unos, la realidad está allá fuera. De alguna manera disfruto de la libertad y anonimato que me da la virtualidad y el blog es producto de eso. Si las condiciones cambian pues el blog sería diferente.
Tal vez sería un paso interesante integrar este mundo con el otro, tal vez me vuelva más sociable, tal vez ya que alguien sepa tanto sobre mí me ayuda a formar una mejor amistad. Porque incluso en la vida real tengo varios mundos que nunca se integran; es decir, mi familia, mis amigos de la escuela y mis amigos de fuera de la escuela (tal vez se forme un nuevo mundo con la nueva escuela) son mundos excluyentes entre sí. No los mezclo. Nunca se han conocido.
Claro, estos dos puntos son parte de una gran jugarreta ( loquera :P) mental que aún estoy en vías de descifrar y deshacer, y que a lo mejor esto de la "anonimicidad" se oye medio tonto, medio loco, medio dramático y medio exagaerado, pero, como fieles lectores que son, ya estarán ustedes acostumbrados a mis excentricidades. :P
Por supuesto, como buenos lectores que son, se acordarán que alguna vez rompí esa regla y que sí conocí a alguien en persona; fue a una bloguera que era psicóloga y que el motivo de la reunión fue que yo participara en unas pruebas psssssicológicas.
Y solo podría defenderme diciendo "nomas' rompí tantito la regla". Porque no la conocí bajo el plan de hacer amistad, ni de verla otra vez, y que además todos mis datos quedaban guardados bajo estricto secreto de confesión. Por cierto que ya ni su blog existe. Y no sé que pex con ella.
Ea, pues mis queridos lectores malditos (...que no es lo mismo que malditos lectores... XD) quedan ustedes advertidos de los funestos maleficios que produce este blog. :D
P.D. Al leer este post, ustedes aceptan inequívocamente que evitarán demandarme por cualquier daño directo o indirecto producido por esta maldición. :P
P.D. (2) Pa' los que preguntan sobre una susodicha foto y un susodicho video que alguna vez existieron, pues ambos fueron removidos en base a la nueva legislación paranoica que entró en vigor a partir de "no-sé-que-día-empecé-con-estas-tonteras", por decreto presidencial (de presidente legítimo, eso sí). :D